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FAMILIA | 11-03-2013 22:37

Cómo preparar a las mascotas para la llegada del bebé

Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los futuros padres suele ser la de cómo reaccionará su mascota con la llegada del pequeño. Si bien la mayoría de las veces ven a los niños con curiosidad sin presentar signos de agresividad hacia ellos, también puede pasar –especialmente si nunca vieron un bebé- que lo perciban como un mamífero extraño y una posible pieza de caza.

Para ayudar a prevenir accidentes, se deben tomar algunas precauciones:

- Asegurarse previamente que no tenga ningún problema de agresividad hacia los niños o los adultos, o que no haya presentado antes algún comportamiento predatorio hacia pájaros, gatos, etc. Si ya manifestó alguna conducta de este tipo, consultar con un terapeuta del comportamiento animal, que lo evaluará e indicará, si fuese necesario, un plan de trabajo para reducir la probabilidad de que sea agresivo con el nuevo integrante.

- El animal puede cambiar su conducta con la llegada del bebé, al recibir menos atención que antes. Una de las manifestaciones más comunes suele ser la de romper cosas para llamar la atención, o simplemente para aliviar el aburrimiento.

- Evitar tratarlo severamente cuando se acerca al niño y aislarlo para que no lo moleste, ya que podría establecer una asociación de respeto especial hacia él y su nuevo trato. Lo mejor es hacerlo participar de la nueva situación familiar, sin dejar de vigilarlo, para que el proceso de incorporación del bebé en la familia sea lo más natural posible.

- No dejarlo nunca solo con el niño, ya que este puede tener reacciones extrañas hacia el animal cuando se le acerca para buscar contacto físico, o simplemente para demostrarle afecto.

Preparando el terreno

El proceso de incorporación del bebé debe comenzar antes de su nacimiento. Algunos consejos importantes:

*Asegurarse de tener un buen control sobre el animal mediante una educación básica. Este proceso cuando se parte de "cero" puede llevar hasta un mes.

*Antes de la llegada del bebé, establecer un horario regular de alimentación y paseos que se ajusten a esta nueva etapa. Deberá respetarse cuando el niño esté presente. Realizar, en lo posible, dos salidas diarias de 5 a 10 minutos cada una, dedicadas exclusivamente a atender las necesidades del animal. Son los momentos ideales para demostrarle que él también es importante y se lo tiene presente en la casa.

*Para que el paseo del bebé en cochecito no suponga un esfuerzo extra, enseñarle antes a caminar con correa al lado de una persona.

*No permitirle jugar con su ropita u objetos, enseñándole modales y utilizando las ordenes básicas. Cuando el bebé esté presente, tomar algún objeto o ropa que haya usado y mostrárselo al animal para que se familiarice con ellos y sepa que también hay un niño en la familia.

*Cuando el bebé llegue a la casa, lo ideal es poder saludar y prestarle atención al animal sin tener que decirle que se marche o intervenir porque está molestándolo. Si tiene la costumbre de saltar al saludar, ponerlo en otro cuarto hasta que todo esté tranquilo y pueda entrar a saludarlo. Si es difícil de controlar, lo mejor es saludarlo efusivamente y luego ponerle una correa. Sólo podrá presentarse al bebé cuando todo esté tranquilo y bajo control, con el perro callado y en calma.

*Al presentarlos, dejar que lo huela y lo explore. Si se manifiesta temeroso de éste, hablarle suavemente y animarlo para oler al niño. Nunca se lo debe sostener ni mover en el aire delante del perro, ya que se lo estaría incitando a arremeter contra él.

*Si después de tres semanas el animal acepta al bebé sin problemas, se habrá pasado la prueba de fuego.

Fuente: mundoanimalia.com

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