Friday 19 de April de 2024
SALUD | 01-11-2012 18:37

Por qué los chicos mojan la cama

En principio, es importante diferenciar entre un episodio de enuresis y uno de incontinencia: esta última es la imposibilidad del pequeño de controlar esfínteres por algún motivo orgánico que excede a su voluntad y que puede surgir a raíz de infecciones urinarias, trastornos endocrinológicos o bien de estructuras anatómicas.

En cambio, cuando hablamos de enuresis se trata de un impedimento o un efecto de un impedimento emocional con el mismo resultado: el niño no logra la contención. Esta afección surge como consecuencia de una situación que el chico está viviendo y que no puede procesar.

Es por ello que las especialistas destacan la importancia de buscar e interpretar las causas de su aparición para erradicar el problema.

Existen dos tipos: la enuresis primaria es la dificultad que tiene el niño para adquirir el control vesical, es decir, le resulta imposible controlar esfínteres y para ayudarlo se debe consultar a su pediatra de cabecera.

La enuresis secundaria se diferencia de la primaria porque el pequeño ya había logrado la contención pero la pierde. Éste último es el caso más común y al que menos atención prestamos. Aparece generalmente entre los 5 y los 8 años, aunque también puede afectar a los adultos, y al contrario de lo que pensamos, puede presentarse también de día.

Las causas de su aparición son diversas: experiencias traumáticas, sentimientos de culpa, problemas de autoestima y ansiedad, falta de limites o rutinas contenedoras en cuanto a la hora y lugar donde dormir, peleas de los papás, retos fuertes, entre otras.

También puede evidenciarse como síntoma regresivo ante la llegada de un nuevo miembro de la familia.

Aprender a soltar
Leé también
Aprender a soltar

En niños de jardín de infantes, puede aparecer una cierta ansiedad o despertar cierto nivel de angustia susceptible de causar una enuresis que puede ser pasajera.

En niños de edad escolar primaria del primer ciclo, los cambios de maestros, nuevos amigos y desafíos de aprendizaje pueden generar incertidumbre.

Una vez descartado el origen orgánico del problema, sabremos que se trata de un caso de enuresis secundaria.

Todo depende de la frecuencia con la que la cama amanece mojada. Es importante tener en cuenta que cuando un niño (independientemente de la edad que tenga) retrocede en sus conductas, está queriendo decirnos algo. Adopta esta forma de expresión involuntariamente y es su cuerpo el que habla por él. En estos casos, es el adulto quien debe decodificar el mensaje junto con el niño y ayudarlo a resolver el problema buscando las causas.

¿Qué podemos hacer?

Prestar atención. Es el primer paso y es esencial para ayudar al niño a resolver esta situación. Estar atentos a los síntomas que presenta y no minimizarlos, pensando que son habituales. Debemos preguntarnos por qué sucede, buscar un patrón común de la respuesta e intentar cambiar aquello que lo esté afectando.

Es primordial conversar con él, preguntarle si está nervioso o inquieto por alguna situación en particular y estar atentos a sus reacciones cotidianas frente a diferentes o un mismo estímulo o situación.

Si el origen del problema no se puede detectar con facilidad, es mejor consultar a un pediatra de confianza y ver en qué caso es pertinente la consulta con un psicólogo.

Asesoraron: Licenciada Anabella Racioppi y Licenciada Noemí Cecchi, Psicólogas del equipo de pediatría del Sanatorio de los Arcos.

Galería de imágenes

Comentarios

Espacio Publicitario