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JARDíN Y MASCOTAS | 10-09-2012 17:37

El dogo, argentino y bravo

La cuna de dogo argentino es la provincia de Córdoba, lugar donde desarrolló esta única raza local el Dr. Antonio Nores Martínez, un reconocido cirujano. La fortaleza, tenacidad, olfato y bravura de este animal lo hacen inigualable dentro de los canes de jauría para la caza de jabalíes, pecaríes, pumas y otras especies predadoras de la agricultura y la ganadería, tarea para la cual lo desarrolló su creador cruzando al viejo perro de pelea cordobés con Bull-Dog inglés, Gran Danés, Mastín de los Pririneos, Bull-terrier, Boxer, Pinter, Dogo de Burdeos e Irish Wolfhound.

Luego, en la recría, obtuvo el color totalmente blanco. En 1947 la raza ya estaba estabilizada, en 1964 fue reconocida por la Federación Cinológica Argentina y por la Sociedad Rural Argentina y en 1973 se la acepta como la primera raza canina argentina.

Es un perro atlético, de proporciones armónicas y poderosa musculatura. Su aspecto enérgico y fuerte contrasta con su carácter amigable y manso. Se lo educa para que sea silencioso, de buen olfato, venteador y valiente, pero jamás agresivo con los seres humanos, se debe entregar a su amo sin condiciones y le pertenece a él y a su familia.

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Aunque no sean entrenados para la caza, los dueños de dogos deben ser muy cuidadosos con la educación de estos animales porque son muy fuertes. El cachorro debe entrenarse para ser obediente desde muy temprano ya que crece rápidamente y se transforma en un perro físicamente poderoso.

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Como mascota, uno de los atractivos más interesantes de estos perros es su temperamento: son muy pacientes con los niños a raíz de su tolerancia al dolor que proviene de las cruzas. No obstante esto, pueden golpear a los niños sin querer pues jugarán a cazarlos. Es por esto que se debe analizar la conveniencia de llevar un dogo a una casa en la que hay pequeños.

Necesitan mucho ejercicio y estimulación. Si no se los ejercita lo suficiente, se aburrirán y su carácter será destructivo.

Deben socializar bajo supervisión cercana porque si bien son muy tiernos, curiosos, inteligentes y payasescos, pero casi todos tienen fuerte instinto de conservación y reaccionan cuando están frente a desconocidos. También pueden ser agresivos con perros del mismo sexo.

Asesoramiento: El club del Dogo.

Publicado en la edición Nro. 1386 de la revista Mía.

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